27 abril 2013

El Cardo Mariano, fiel escudero del hígado.



La naturaleza siempre nos proporciona las herramientas que nuestro      organismo necesita para curarse o mantenerse saludable; el ser humano tiene  que descubrir en su entorno las especies vegetales que le ayudan a ello, la fitoterapia desde los albores de la historia ha sido nuestra gran aliada, solo tenemos que aprender a conocerla.

Hay una conocida cita del escritor y poeta americano Ralph Waldo Emerson que ante la pregunta de “¿que es una mala hierba?, respondía: una planta de la que todavía no se han descubierto sus virtudes”.

No voy a tratar de describir lo que cualquier experto en fitoterapia nos puede contar mejor, solo voy a ir enumerando alguna de las plantas que en la actualidad nos pueden ayudar a mantener y depurar los filtros de nuestro cuerpo, cuyo mantenimiento y limpieza son necesarios para equilibrar nuestra salud.




El Cardo Mariano es una planta muy interesante para la limpieza y protección del filtro hepático, un escudo del hígado, esa gran depuradora de nuestra organismo, cuyo cuidado es tan importante para el mantenimiento de la salud y que tanto se maltrata, especialmente en estos tiempos de la comida basura, los conservantes, los aditivos, los metales pesados  y el exceso de alcohol.

La leyenda cuenta del Cardo Mariano o Cardo de la Virgen María, de enormes hojas, que  sirvieron para que María ocultase al niño Jesús de la matanza de Herodes; y que al derramar alguna gota de su leche confirió a esa planta propiedades curativas importantes.
Antiguamente se utilizaba para provocar o aumentar la producción de leche materna y lo que llamaban melancolía, hoy denominada depresión.

Los frutos del Cardo Mariano (Sylibum Marianum), se han venido utilizando desde hace siglos para el tratamiento de los problemas hepáticos. Las cabezuelas enteras se recogen a medida que van madurando, se dejan secar y se hacen caer luego los aquenios o frutos mecánicamente o a mano, para proceder a su limpieza. La mayor parte de su producción es para la industria farmacéutica que la transforma en tinturas, pastillas, gotas, etc.

Los frutos del esta planta medicinal se utilizan para el tratamiento de alteraciones del hígado, debiendo su virtud al conjunto de sus componentes activos, de naturaleza flavanolignánica, un complejo que se conoce con el nombre de silimarina y que se ha comprobado que se comporta como un eficaz hepatoprotector, actuando directamente sobre las células del hígado, favoreciendo su regeneración y protegiéndolas de la acción de sustancias hepatotóxicas como el alcohol, fármacos y otros tóxicos de origen alimentario (incluidas setas como la amanita phalloides o la amanita muscaria). Por eso puede recomendarse para la prevención y el tratamiento de alteraciones hepáticas como la hepatitis tóxica, el hígado graso, la cirrosis hepática asociada a alcoholismo, las hepatitis originadas por virus, etc. También mejora la función de la vesícula biliar.
Asimismo tiene una función reguladora del sistema nervioso vegetativo, es antiinflamatorio, diurético, tiene un efecto antirradicales libres, reduce la glucosa en sangre (efecto hipoglucemiante) y tiene un efecto ligeramente hipertensor.

La revista científica International Journal of Environmental Sciences del pasado mes de diciembre destaca el efecto hepatoprotector en un experimento realizado en ratas a las que se les había intoxicado con alcohol y recuperaban la función normal del hígado tras tomar extracto de cardo mariano.

El cardo mariano es un potente antioxidante que previene el daño celular causado por el estrés oxidativo. La silimarina ha demostrado ser uno de lo más potentes antioxidantes de la naturaleza, así lo asegura la profesora Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de GranadaRecientes estudios publicados en la revista Journal of the Neurological Sciences revelan que la silimarina podría ser útil para reducir la progresión de la isquemia cerebral focal.

La revista Phytotherapy Research señala que la silimarina “actúa como un antioxidante al reducir la producción de radicales libres y la peroxidación de los lípidos, tiene una actividad antifibrótica y podría actuar como un agente bloqueador de toxinas al inhibir la unión de las toxinas a los receptores de la membrana del hepatocito o célula hepática. En animales, la silimarina reduce el daño hepático causado por acetominofeno, tetraclorido de carbón, radiación, sobrecarga de hierro, fenilhidracina, alcohol, isquemia fría y Amanita phalloides”.

Por tanto y para concluir, es una herramienta fitoterápica interesante para depurar el filtro hepático de los excesos y de las toxinas acumuladas.




“La mayoría de los enfermos no se responsabiliza de su estado, considerándolo un problema del terapeuta; más aún en el caso de las enfermedades graves. Normalmente se actúa como si la enfermedad fuese un ente externo que ha poseído al enfermo, a quién se lo considera víctima inocente de la mala suerte. El paciente baja los brazos y rápidamente se pone en manos de un especialista, olvidando que sólo él generó el problema y sólo él puede resolverlo, rectificando los errores. A lo sumo el terapeuta puede ayudar, recordando el camino de retorno al estado de equilibrio, pero es el afectado quién debe recorrerlo"  Dr. Chistopher Vasey

3 comentarios:

  1. El Dr. Christopher Vasey,en su libro “Comprender las enfermedades graves”, realiza una didáctica explicación de como es preciso cuidar el terreno, osea nuestro cuerpo, depurando los filtros, para que funcionen las depuradoras orgánicas. " Mucho se habla de la grave exposición a las sustancias cancerígenas, como factor desencadenante de los tumores. Sin embargo, no basta con eliminar todas las sustancias cancerígenas conocidas para estar a salvo del cáncer. Una célula normal puede convertirse en cancerosa cuando el medio se degrada por sobrecargas y carencias. En este contexto, el destino de la célula cancerosa depende totalmente del terreno, pues una célula cancerosa no se convierte automáticamente en un tumor maligno. Todo ser vivo, ya sea un microbio o una célula (cancerosa o no), sólo puede vivir en un organismo que lo acepta y le ofrece las condiciones para su desarrollo. Cuando esto ocurre, los microbios se multiplican y se genera una infección; si se trata de una célula cancerosa, su multiplicación genera un tumor. Pero cuando el terreno no ofrece las condiciones necesarias, el microbio resulta inofensivo y es destruido, mientras que la célula cancerosa también es destruida por el medio hostil.
    “… El avance o retroceso del tumor depende de la tarea que el portador esté dispuesto a realizar sobre su terreno orgánico... Nunca es tarde para comenzar a rectificar los errores que llevaron al desarrollo del tumor. Utilizando dichos populares, podemos decir que… “siempre algo es mejor que nada” y “más vale tarde que nunca”.
    “Si se comprende que síntomas y enfermedades no son más que la punta de un gran iceberg (la intoxicación corporal), es necesario que el paciente se haga responsable de su curación, ejerciendo su derecho natural a la plena salud”

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  2. Es una buena manera de plantearlo.;-)

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  3. Buenas, os dejo un enlace donde podeis encontrar Cardo Mariano o Silimarina en una página naturista muy interesante.

    http://bit.ly/GISjsK

    Saludos!

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