SAL, MICROBIOTA E HIPERTENSIÓN:
TRIANGULO ENEMISTOSO
El artículo de hoy demuestra que una alta ingesta de sal provoca efectos considerables en el intestino humano.
Los ácidos grasos de cadena corta (SCFA) y el óxido de trimetilamina (TMAO) son los dos productos principales que sintetiza el microbioma intestinal.
El alto contenido de sal provoca:
Aumento de TMAO, implicado en la patogénesis de la aterosclerosis y otras enfermedades coronarias, incluida la hipertensión.
Disminución de ácidos grasos de cadena corta (SCFA), cruciales en la regulación de la presión arterial.
Cambios en la actividad de la polimerasa, involucrada en la contractilidad vascular.
Cambios en el metabolismo de la taurina y de los aminoácidos aromáticos.
Todos estos cambios en la actividad de la microbiota se asocian con la hipertensión.
La patología cardíaca es una de las principales causas de mortalidad, siendo la hipertensión, incluso controlada con fármacos, uno de sus principales factores de riesgo.
Proponer intervenciones dietéticas modulando la ingesta de sal, regulan y controlan la microbiota, y contribuyen a prevenir complicaciones cardiovasculares.
La OMS recomienda un consumo de 5 g de sal al día para prevenir la hipertensión y otras enfermedades cardíacas.
El sodio se absorbe en el intestino a través del intercambiador 3 de sodio-protones (NHE3) y la microbiota participa en su actividad.
La microbiota, especialmente determinadas especies de Lactobacillus, regulan la absorción de sal y responden a la sensibilidad a la sal en la hipertensión.
El artículo explica que un consumo elevado de sal, por encima de 9g - 12g/d altera la diversidad bacteriana intestinal (aumentando las proteobacterias), afecta la digestión de las proteínas, altera la homeostasis intestinal (disminuyen los SCFA) y favorece la hipertensión.
Los resultados muestran que la ingesta alta de sal provoca efectos considerables en el intestino, además de su impacto sobre la hipertensión, confirmando que existe una relación triangular entre la sal dietética, la hipertensión y el microbiota intestinal.
“A cross-talk between gut microbiome, salt and hypertension”
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