Imagina que tu
cuerpo es una pecera, el 70% de nuestro cuerpo es agua, te recuerdo ese dato para
que puedas imaginarlo más fácil; y dentro de la pecera están nadando nuestras células,
que serían los peces. ¿Ya has recreado la escena en tu imaginación ?
Pues seguimos,
piensa que la comida sobrante, los desechos orgánicos de los peces, el consumo
de oxigeno, van enturbiando el agua, acidificándola, en una palabra el agua
se ensucia y los peces o sea nuestras células enferman.
Si no limpiamos o cambiamos el agua, los peces
morirán, en nuestro caso aparecería la enfermedad, e incluso si vamos más allá,
muchas células morirían, pero algunas programadas para sobrevivir, incluso podrían
llegar a mutar para adaptarse a ese medio ácido, sucio y escaso en oxígeno, sería
la génesis de un cáncer.
¿Que se te ocurre que habría que hacer para curar a los peces...? Tratarles la enfermedad o cambiarles el agua...?.
Esta teoría, por
supuesto no es tan simple, ni tan fácil, pero la simplificación puede servirnos
para entender que tenemos que ayudar a nuestro cuerpo a librarse de las toxinas
que nuestro tipo de vida sedentario, de alimentación deficiente y estrés está acumulando
en “el terreno” donde viven nuestras células, aunque no queramos y nos cueste reconocerlo.
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La detoxificación, es la solución...
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Mejor es la salud, que nunca se perdió.
Séneca